Un sol inmenso tocando nuestras casas. 4 Poemas de Miguel Yurivilca
- Tertulia Cero
- 28 ene 2019
- 4 Min. de lectura

MANADAS DE CABALLOS
Tras irte Davicho me tocó el amor
bajo el sol inmenso pensé
que ante la claridad del miedo, yo tenía una esperanza
Cada noche, David, me iba con él
desde su techo abierto al universo
contemplé la llegada de las grandes manadas
su trote de nube o de niebla
retozaron en el valle varias noches
bebían de la luna reflejada en el río
cortaban el pasto tierno con sus bocas
y se echaban largamente a contemplar
la enorme vida de la ciudad y el hondísimo
silencio de sus calles dormidas
poco a poco David se fueron yendo
y nos quedamos solos
continúa el sol inmenso tocando
nuestras casas
pero nos falta, me digo
la alegre compañía de nuestra manada.
LA VIDA ES ENORME
He destruido mi vida
ahora tengo que ubicarme desesperadamente en ella
y no tengo el valor ahora mismo
yazco a un lado del camino junto a la basura
más allá he visto el mar islas
pueblos que el tiempo ha devorado
vi nacer y morir a mi padre
y las grandes caravanas de camellos
bajo el sol.
Guardo imágenes de mi madre bañando a Carol
de mi padre que llega de viaje con las manos vacías
guardo imágenes del sol y de la luna
desearía tener recuerdos de un día entero, de todo un año
y no sólo estas imágenes que intento salvar desesperadamente.
Desapareces en el horizonte y ningún recuerdo
enloquezco y corro un relámpago golpea mi cuerpo y anochece
me lanzo contra el cielo y caigo, herido de muerte
con mi último aliento te encierro entre mis manos
ruego a Dios que seas tú y no un puñado de arena
ruego a Dios que seas tú y no un puñado de inservible y estúpida arena
pero nunca encuentro nada que apretar
y el tiempo transcurre
Pienso que olvido rápido lo que me es insuficiente.
Hermana, no te he conocido como debí, sino cuando tuve miedo
sino cuando el sol cayó tras el vientre de nuestra madre que lavaba la ropa
poco a poco la espuma se hundía entre sus dedos
en esa espuma se iba la vida, hermana,
la vida de todos, mientras el sol caía
yo temía el sol, porque era el tiempo y no se detuvo jamás
vimos al tiempo secar pantalones, medias, chompas
peluches que tardaban semanas
nosotros nos tendíamos al tiempo, pero no nos tocaba
nuestras almas permanecieron húmedas sobre la tierra
y el sol, que era un pájaro
sobrevolaba nuestros cuerpos de polo a polo
sin percatarse que dos niños le imploraban desde un patio,
en algún lugar del Perú, que se detuviera.
No te conozco hermana, sino en el miedo.

KNOCK OUT
No quiero que te quedes rondando los mismos sueños cuando tengas cuarenta y nada queme
y nada inunde te volverías loco el mismo paraje desolado de una playa que se extiende durante kilómetros habíamos estado ya tantos días perdidos y la ciudad nos comía el sol ardía fijo en el cielo siempre cientos de
asesinos nos acecharon en una misma noche estábamos enfermos
buscábamos un bar en la noche y esperábamos el amanecer salíamos alegres
un manto de polvo cubría nuestro pecho nos íbamos derramando hasta llegar al autobús y cantábamos bajito hasta quedarnos dormidos Me ha salvado tantas noches
pensar en Lima tengo visiones ardientes de ti y de mí haciendo el amor en una
bicicleta la noche resplandece como un campo silvestre aprieto en la
mano un poema tuyo y el cielo se desploma como un suicida terminas y jadeas
termino y jadeo un barco de papel aterriza en tu mano pero el cielo está roto y
agoniza sobre el pavimento pronto la gente se reúne la sangre
ha cubierto la Tierra y nosotros nos perdemos para siempre entre el tumulto.
Todos tenemos una calle que hemos perdido y no andamos ni escribimos sobre ella
la vida en esa calle se repite incansablemente, aunque el ruido cambie Así es me digo,
así la vida Hemos perdido al llegar a Lima no tendremos ni la esperanza
tendremos a Blanca si va no ansiamos nada la vida resplandece en una
cuneta mientras pienso en el futuro lloro el silencio parece hecho de
ruinas de un mar de viento de puna de combi que vaga en la noche y se aleja arrastrando sus
luces de neón como si fuese un animal herido va sangrando derramándose
en toda la carretera, mezclándose con el polvo que los días han llevado Sueño
entonces en vano que la tarde me lleve a caminar por el lado de la ciudad donde vendimos,
hace casi un año ya, vestidos y más tarde títeres así la vida pienso.
Ahora sueño con inmensas tardes despojadas de toda su luz con playas que se
extienden durante kilómetros la lluvia es un animal que escapa de mí y
la playa se extiende durante kilómetros cubierto de la sangre de miles de
caballos y la playa se extiende durante kilómetros los tambores
no dejan de sonar en la maleza y la playa se extiende durante kilómetros
todo lo que hago es soñar y no sé si estos sueños me permitan vivir.
Nada quema y nada inunda en el fondo de una cuneta se refleja la vida
paso a paso nuestras sombras se inclinan y nuestra voz desciende a las piedras Blanca
dice en su informe del trabajo que la vida es inhabitable yo he tenido una visión de
nosotros bailando con OMD en Lima, salíamos alegres y abrazados tiene que ser ese
el futuro.
EL TACTO INMINENTE
Como deseo como deseo
que ellos me miren como las miran a ellas
lo que daría porque mi alma supiera lo que en verdad padece
esta mañana no hay vida
como pesan las miradas de los astros sobre el alma
y estoy tan harto tan cansado
del Si fueras mujer Miguelón, estaría contigo sin dudarlo
como deseo como deseo
que ellos me miren como las miran a ellas
sin asco
Miguel B. Yurivilca Arhuis (Tarma, 1995). No ha publicado nada aún. A veces sale y baila un poco,
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